jueves, 31 de marzo de 2011

Es caprichoso el Azar

Me encanta perderme, caminar sin destino fijo donde la casualidad, el destino o el azar quieran llevarme. Perder la noción del tiempo espacio y dejar que mi mente viaje a lugares únicos.

Es única esa sensación de el sol de última hora en la cara, molestando a la vista al estar tan bajo, calentando in extremis los últimos instantes del día. Quizás fue ese hecho el que me devolvió a mi realidad y a darme cuenta que me había perdido en el bosque. 

Sin saber como la noche había caído y si el caminar era dificultoso el guiarse aún más. Pero siempre aparece esa  luz al final que en un último instante te guía.

Al principio era solo un destello, convirtiéndose en un singular conjunto al acercarme. No fue el miedo o el buscar refugio lo que me llevó a acercarme. Era una noche preciosa y cálida. Pero aquella ventana supo como llamar la atención. El primer detalle era el que no tenía nada que impidiese ver el interior de la vivienda. Algo muy dado en los países del norte pero no aquí. El segundo la luz parpadeante que desprendía. Sin duda producida por algún tipo de llama.

Mientras me acercaba descubrí que la mayor parte de la luz provenía de una ventana lateral, y que mi camino me llevaba directamente a la puerta de madera. ¿Porque la casa no tenía cercado y si su puerta cerrada?

No entiendo aún como pude decidir a acercarme y mirar sin reparar en que mi presencia podría molestar a sus inquilinos. Pero no pude evitarlo. Tenía la altura justa, la repisa idea, la luz embriagadora...

Era cierto, pero no una sino decenas de velas iluminaban la casa y lejos de dar una sensación de oscuro o lúgubre, era calidez lo que desprendía. Se trataba de una cocina. Llena de utensilios cuidadosamente colocados. Cuidadosamente escogidos. Fuegos de leña, mesa de trabajo central y carácter tradicional

Los fuegos encendidos y en ellos una pequeña olla y una sartén esperando. En la mesa de trabajo, algo de verdura a medio preparar. Al fondo se abre un comedor. Me llama la atención de una mesa preparada, pero solo un servicio en ella.

Era tal mi ensimismamiento que no me dí cuenta de su llegada. Cuando descubrí su presencia, ella estaba delante de la nevera buscando alguna cosa. ¿Me habría visto?. Si así fuese, seguro que me hubiese llamado la atención. Si no lo ha hecho es porque no he sido descubierto. Como acto reflejo me agaché y noté el aceleramiento de mi pulso.

¿Que hacer? ¿Marchar? ¿Volver a mirar? ¿Pedir disculpas por la indiscreción?

No se que me llevó a la decisión que tomé, pero no pude resistir volver a levantarme para intentar descubrir su identidad. Despacio y desde un lado empecé a asomarme rezando para que su mirada no estuviese en dirección a la ventana. Tuve suerte se encontraba de espaldas. Mis movimientos nerviosos atentos para no ser descubierto. 

De espaldas y con movimientos dulces ella prepara alguna cosa. Con una postura de tener la cabeza en otro sitio. Viste una camisola que deja entrever el cuerpo de una mujer de mediana edad. Me agrada observar que va descalza.

Sigue en sus menesteres y yo en los míos, me encanta ver su movimiento pausado, delicado y paciente.

Casi me parece estar mirando a través de una televisión, poder observarla sin ser visto. Intentando descubrir que pasa por su cabeza. Disfrutando del movimiento del tejido que al cubre.

Aprecio como levanta su cabeza y mano para alcanzar algo de un armario. En ese acto su mirada recae en una pieza de cocina que traicionera hace de espejo. En ella ve reflejada su cara y antes de que pueda darme cuenta su mirada me descubre.

Era inútil esconderse, me había visto perfectamente. Sus ojos reflejados descubrieron los míos. Pero.... ¿Porque no se ha girado?. ¿Porque no ha hecho el ademán de reprochar mi acto?. Por el contrario ha bajado su mirada y sigue pendiente de su cocina.

No creí oportuno marchar sin decir nada. Quería pedirle disculpas por mi indiscreción e intentar explicarle la razón de mis actos. 

Con un valor no digno de mi, me dirigí a la puerta. Despacio, intentando buscar las palabras justas para explicar mis actos, sin parecer un perturbado. El trayecto al tiempo que se me hacía eterno por la impaciencia, se me hacía instantáneo al no encontrar las palabras justas. 

Al llegar la puerta y buscar un timbre o picaporte, me di cuenta que estaba abierta. ¿Como podía ser? Antes no estaba así. Con cuidado la empujé al tiempo que intenté llamar la atención con mi voz. Estaba tan nervioso que no recuerdo que fue lo que dije, pero si muy bien el temblar de mis piernas. Casi al instante, y desde cierta distancia, la respuesta a mis palabras: Pasa.Pasa por favor. ¿No podía creer lo que oía?

Al adentrarme desde el pasillo al comedor pude descubrir la figura que se acercaba desde la cocina. En sus manos un nuevo cubierto y un: Siéntate por favor, haces cara de sentado. Inmóvil, mudo, extasiado no pude por más que retirar la silla, sentarme y comprobar que ya había dispuesto para que pudiese compartir su cena.

No podía creerme lo que estaba pasando. No pude decir nada, pedir disculpas pues antes de intentarlo ella dijo mientras marchaba a la cocina: No te preocupes, ya te esperaba.

Atónito, sin palabra y extrañamente cómodo, decidí no actuar, solo esperar sus movimientos que al parecer iban muy por delante de los míos.

En un acto de maestría y casi sin darme cuenta había traído toda la cena y la había puesto en la mesa. Al tiempo que abría una botella de vino, no dejaba de mirarme y yo no podía dejar de hacer lo mismo. Extrañamente incómodo, inexplicablemente familiar.

La cena transcurrió en un cruce de miradas, en unos asentimientos de cabeza agradeciendo los gestos. Todo el silencio estaba lleno de música. La de la mi inquietud y la de su extraña normalidad.

.......

Cuando abrí mis ojos, la primera sensación fue recordar su mirada reflejada...


8 comentarios:

  1. Maravillosa historia, o recuerdo, o sueño...da igual lo que sea...es deliciosa.

    Y hago una recomendación,mientras se está leyendo. En una pestaña aparte, abrir el enlace y escuchar la canción....son complementarias las dos... un momento de paz y que te transporta a esa ventana.......

    Gracias......

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  2. Las cosas,los sentimientos, no se pueden perder de un día para otro......
    -------------------------

    Vengo del fondo oscuro de una noche implacable,
    y contemplo los astros con un gesto de asombro.
    Al llegar a tu puerta me confieso culpable,
    y una paloma blanca se me posa en el hombro.

    Mi corazón humilde se detiene en tu puerta
    con la mano extendida como un viejo mendigo;
    y tu perro me ladra de alegría en la huerta,
    porque, a pesar de todo, sigue siendo mi amigo.

    Al fin creció el rosal aquel que no crecía
    y ahora ofrece sus rosas tras la verja de hierro:
    Yo también he cambiado mucho desde aquel día,
    pues no tienen estrellas las noches del destierro.

    Quizás tu alma está abierta tras la puerta cerrada;
    pero al abrir tu puerta, como se abre a un mendigo,
    mírame dulcemente, sin preguntarme nada,
    y sabrás que no he vuelto... ¡porque estaba contigo!

    JOSÉ ÁNGEL BUESA.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Tiene un montón de años, pero todo lo que dice, sirve para siempre......

    USA PROTECTOR SOLAR.

    http://www.youtube.com/watch?v=DgzHrI61CuM&feature=related

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  6. Dimuniet:hace unos días que descubrí tu blog y he venido de vez en cuando a leerte pero me daba corte escribir.....pero como para todo siempre hay una primera vez,pues eso... me encantan tus relatos y todo lo que se intuye ,que eso ya te lo dije un día y leyendo aquí me lo confirma....y si me permites vendré de vez en cuando a leerte,¿te puedo decir que me gustas?? pues eso.

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  7. Muy buenas Boris. Solo decirte que jamás me lo hubiese imaginado. Gracias por el sueño.

    Novata: Es un verdadero honor tenerte y poder disfrutar de tu presencia. En cuanto a tus opiniones, aquí cada uno expresa lo que siente.
    Muchas gracias

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