viernes, 20 de mayo de 2011

08-07-09

Hoy sentí en mi cuerpo, la necesidad de conocer tus sueños, y recorrer cada elemento, que en tu cuerpo yo contemplo

Recorrer

Recorrer ese cuerpo que me grita, me llama y me encanta. Cada milímetro que me muestra me seduce sin reparo. Ver como se mueve, como entre la luz baila, como tras él, tu en mi piensas

Musica

Déjame escuchar la música que tu cuerpo suena, en noches sin ti, que de ti se anhela


Déjame volar en al aire que tu boca reza, en tardes
sin ti, que de ti se anhela


Déjame arroparme del calor que tu corazón riega, en días
sin ti, que de ti se anhela

Bombones y Chocolates

En su caja briilante envuelta en celofan. Protegido del exterior ve al chocolate muy lejos de él. Vestido en su brillante palel de aluminio, luce su forma, esconde su aroma.
Solo en el último momento el bombón se descubre y entre, en un instante su fuerza. A veces sorprendente a veces decepcionante. Pero en un instante irrepetible y único


No luce su caja ni envoltorio y de formas previsible. Sin embargo se entrega a ti en multiples posibilidades. Caliente te reconfortará dando fuego a tu frio cuerpo. Sabrá envolver y enriquecer cualquier dulce que bañe, cubrir y explosionar el sabor de la fruta que cubra. Frio te dará en un instante lo que buscas y sin sorpresas, pero lo que tu quieres. Siempre disponible.


Bombones y Chocolates:


¿Cual es vuestra elección? Contestad siempre y cuando entendáis la metafora, jajajajaj

Del hombre nace

toda necesidad que le lleva a buscar su camino, a seguir adelante a veces sin saber a donde llegará.


En ese camino irá encontrando dificultades e intersecciones. Del resolver de ellas, dependerá su conducta, personalidad y manera de ver todo aquello que se le prensenta.


Cada uno y desde nuestro prisma, vemos ese camino. no siempre caminamos solos, ni quienes nos acompañan lo haran para siempre. Sin embargo, mientras caminamos junto a alguien, las tardes no son tan frias.

Cuando una Estrella ciega a la Luna

Mil estrellas iluminan cada uno de tus ojos.
Alas tienen tus manos que el infinito tocan.
Rezan palabras de sabiduría tu voz.
Ilusión regalas con tu presencia.
Amor es el aroma de tu cuerpo.

¿Que aprendí?

Aprendí a mirar a los ojos para ver el fondo. A mirar las manos para ver el trabajo. A leer los labios para entender lo que dicen. A observar movimientos para averiguar que esperan.


Dar mi voz si con ello calmo sus gritos. Dar mis manos para reducir su trabajo. Dar mi aliento a quiénes perdieron el ánimo. Dar mi alma si con ello sonríen.


Dar todo aquello que tengo sin esperar nada. Dar cada uno de mis sentimientos como mejor muestra de estar vivo.


Aprendí que ni mota de polvo soy en éste mundo y el vivir cada día es un gran regalo.

Y no ver tus ojos

Perder lo que ellos me dicen, no ver como me llaman, no sentir su calor, no ver tu mirada

Tiempo

Para ver, para oir, para oler, para sentir. Ver como te alejas, oir como te vas, oler como marchas, sentir que te perdi.

El regreso

Un instante y todo cambia, un momento y la luna cierra sus ojos. El regreso a la realidad, el dia a dia y a todo aquello que te recuerda que el mundo no se hizo para ti. Lucha

Esos ojos escondidos


Ellos me miran diciendome algo que quiero escuchar y me alivia

En tus manos



Recorriendo tus dedos, cubriendo mi ser, en tus manos mi deseo

Desde aquí arriba






Desde donde todo empequeñece y el mundo se desdibuja, donde la luz tenue se hace. Tu silueta se abre paso entre las tinieblas y me regala tu sonrisa

Ave


Ave al cielo con sus alas al viento, recorren el mundo en un momento y en tu cuerpo posa mi pensamiento.

Como en un instante todo cambia


Muchos creemos vivir en vidas monotonas, a veces sin sentido, y vivimos al parecer con el unico sentido de ver el nuevo día. Y resulta que ese dia trajo un rayo de luz diferente, siendo el mismo sol de siempre. Y no es que el sol haya cambiado, sino que hoy te quitaste las gafas de sol y por ello lo apreciaste difetente tal y como es.


Seria agradable poder quitarme esas gafas que me esconden y volver a verte sin ellas.

Feliz Aniversario


Ahora que te busco y tu no estas, 
recuerdo que solo la tristeza quiere hablar conmigo.
Ahora que la lluvia se ha llevado el ultimo jiron de tu vestido.
Ahora que he olvidado lo que soy, recuerdo en el pasado lo que he sido.
Si he sido lo que fui, fue por tu cuerpo.
Si he sido noche, fue tu noche quien lo quiso
Si he sido beso, es que mis labios aprendieron a ser beso para ti.
Si he sido lo que soy, fue en tu regazo
Si he sido vida, fue por darte a ti la vida
Amiga, amiga
Que dulce esa palabra suena hoy
El tiempo no fue tiempo entre nosotros
Estando juntos nos sentimos infinitos y el universo era pequeño comparado con lo que eramos tu y yo.
Si fuiste lo que fuiste, fue en mi casa que para ti fue tu palacio y tu guarida.
Amiga, amiga.
que dulce esa palabra y que sencilla esa palabra suena hoy.
No hay noche mas obscura que esta noche y el frío se va depositando en los rincones del alma.
Y ahora que el silencio va borrando la suave vibración de tus palabras.
Ahora que no son, la espera es nada, recuerdo lo que fui cuando no estabas.





Un cielo lleno de estrellas


Un cielo lleno de estrellas. Cada una, una verdad, un alma a quien llamar o acudir a pedir ayuda.


Mirar, ver ese oscuro negro. Las luces de la ciudad no me dejan ver las estrellas. Entre ellas te busco y no te encuentro. Un día tu luz me guió. Hoy perdí tu rastro.


¿volveré a ver tu luz entre tantos destellos?


domingo, 8 de mayo de 2011

Ambrosía

Mientras llegaba a mi destino, no busque imágines en mi recuerdo, ni sensaciones, ni sentimientos. Tan precipitadamente como su llamada, mi mente jugaba a no planear más allá que lo que el preciso instante me regalase.

Hasta ese día nunca se me mostró en su feminidad. Allí de pie, esperándome. Femenina y elegante. Sorprendentemente una falda por encima de la rodilla y unos elegantes tacones que hacía , aún mas más estilizada su pequeña figura.

Al subir al coche y recibir su segundo beso, percibí que hoy sería un día diferente, y aunque percibí sus nervios, era diferente a los dos días anteriores. Enseguida cogí sus manos para intentar tranquilizarla al tiempo que percibía un agradable aroma a fruta dulce.

Tan pronto como la conducción me lo permitió busque con mi mano derecha su pierna y aunque en un principio notar que llevaba medias, pronto pude alegrarme al descubrir que solo cubrían parte de sus delicadas piernas.

No resultaba sencillo encontrar un lugar donde poder centrarme en ella, y en el primer lugar donde mostrar una especial vista, la temperatura y el viento lo hacían muy incómodo.

Después de hablar un momento e intentar que recuperase la comodidad después del frío, decidí tomar nuevo rumbo y sin pensar me acerque a ella para besarla. No hice ni la mitad del recorrido hacia ella que mis labios encontraron los suyos. Cálidamente frescos, tiérnamente tensos.

Fue instantáneo notar algo diferente en ella. Si hasta ese momento siempre habia guardado una extraña distancia, tan pronto como mis dedos tocaron su cuellos ella cerró los ojos para entregarse a sentir tanto y con tanta intensidad que nunca antes vi.

Como era posible que con una sola caricia su cuerpo sintiese todo aquello que me transmitía. Esa deliciosa piel que lejos de frenar mis dedos era como si los invitase a recorrerla por completo. Con la delicadeza y prudencia de una primera vez la punta de mis dedos descubrían su pecho. Despacio para no sorprender, deprisa para hacerme sentir. Y a cada uno de mis descubrimiento de esta nueva piel, un descubrimiento de sus estremecimientos.

Lejos de impedir mis movimientos, ella quedando inmóvil invitaba a que siguiese recorriéndola. Cuando mi mano llegó a su entrepierna , sin verla pude notar perfectamente como apretaba sus dientes. Ya estaba ardiendo y mojada por mis caricias.

La manera de sentirme me recordaba a aquellas primeras experiencias, donde la falta de experiencia y el exceso de deseo, nos bloquean. Pero en ella había algo diferente y era su manera de no poder reprimir lo que sentía. Podía notar como, aunque se lo propusiese, no podía evitar entregarse al placer y se abandonaba al deseo. Cada una de mis caricias obtenían la respuesta a invitar a seguir disfrutando de ella. A seguir sintiendo como a cuanto más recibía, más deseaba.

Deliciosa ambrosía que saciaba mi deseo y me descubrió a un ser especial capaz de sentir y hacer sentir