domingo, 1 de septiembre de 2013

Tras el Cristal III

Algo parece distinto en ella, pero Cocó no se da cuenta de ello hasta que al acercarse le comenta: Como en todo, siempre hay jerarquías y tu eres la hermana mayor. Te sirvo a ti primero y te entrego lo que para ti me dieron


Extiende su brazo y le hace entrega de una pequeña caja cuadrada decorada, pero sin cerrar. Mientras le sirve el café y se inclina, se da cuenta del cambio. Ha desabrochado un botón del escote de su blanca camisa del uniforme, dejando entrever la puntilla de un fino y delicado sujetador blanco.


Cocó está mas preocupada por la caja que por la camarera, no así Sui que ha quedado prendada de ella y sus pechos. Sabiéndose observada al servir a Sui, se inclina en exceso y expresamente tira al suelo la cucharilla.

Sui hace la intención de recogerla mientras ella le avisa con un leve gesto de la mano. Se agacha delicadamente. Flexionando sus piernas por completo, y dirigiendo la dirección de sus rodillas hacia Sui, quien no deja de mirarla. Al llegar abajo, apoya una rodilla en el suelo y inclina la otra hacia arriba y el exterior. Esto hace que su entrepierna quede a la vista para Sui.

Sui ha aprendido a contenerse, ha tenido la inestimable ayuda de Cocó, de lo contrario se hubiese lanzado sobre ella.

Mientras la camarera se incorpora, pide disculpas por su torpeza. A lo que Sui le contesta:  Como me encantaría que fueses torpe conmigo


Sin parecer que se lo piensa ella le contesta: Nunca se sabe, lo que si es cierto es que hoy todo está ya previsto.



Cocó ha reparado en esa respuesta y casi la confirma con un movimiento reflejo de su cabeza. Ahora no le cabe duda que en la velada de hoy hay más invitados de los que ellas pensaban.


Como no ha recibido orden alguna y pese a que la caja no parece cerrada, no hace por abrirla. Sabe que ha de esperar el momento a que se le diga que ha de hacerlo. Nadie como ella para controlar todas las situaciones. Cosa que quiero para hoy, no sea así

A la espera pues de como actuar, reclama la atención de Sui, cogiendo un hielo entre sus dedos y colocándoselo en el escote. Con un leve movimiento de sorpresa Sui vuelve de su momentáneo estado de éxtasis. Coge la mano de Cocó que sostiene aun el hielo en su escote, y la aprieta contra si, al tiempo que la hace descender. Está tan caliente que el hielo se funde rápidamente mojando todo el escote de Sui, quien encorvando la espalda hacia atrás demuestra el agrado del gesto.

Cocó al tener más cerca el oído de Sui a su cara, le susurra: ¿Estas muy caliente pequeña zorra?

Sui, con la respiración entrecortada asiente con la cabeza sin dejar de mirarle a los ojos. Esto hace que Cocó no se de cuenta de que la mano de Sui se haga con otro de los hielos y de forma escurridiza, Sui abra las piernas de Cocó y le coloque el hielo justo frente a su clítoris. Eso provoca que se le escape un quejido a Cocó y que Sui por instinto selle su boca con un beso.

De toda esta actución han sido espectadores de primera fila, el y la camarera. Al darse cuenta de ello Cocó se sonroja e intenta sacar la mano de Sui de entre sus piernas. Sui no se lo permite y Cocó empieza a notar la quemazón del hielo, el agua fria mojando sus piernas y a Sui cachonda como una perra.

Es momento de actuar para lo cual envío un mensaje al movil de Cocó. Enseguida ambas saben que soy yo y dejan sus juegos para leerlo: Cocó coge la caja y ves al baño. Entra en el que dispone de puerta individual y arco de acero en el suelo para agarrarse. No pongas el pestillo a la puerta. Hay tres juegos de esposas en la caja. Pon un juego en cada tobillo y átala a las patas del arco de acero, eso hará que tus piernas queden separadas. Enfrente tuyo queda un colgador, engancha la anilla central de las esposas, ponte la capucha y seguidamente te inclinas hacia delante y te pones las esposas del colgador. Sui ayuda a colocar a Cocó y vuelve a la mesa con la caja y lo que aún queda en ella y el teléfono. Cuando estés sentada en la mesa me avisas.

Ambas se levantan de inmediato y se dirigen al baño para cumplir mis instrucciones. Seguidas al detalle han dejado a Cocó, atada de piernas y abiertas estas, a las patas de un arco de ayuda .Inclinada hacia delante, y con las mamos esposadas en un colgador que se encuentra por encima de su cabeza, con ésta cubierta por una capucha.

Mientras tanto Sui, concentrada, excitada de ver a Cocó en esa posición y no poder aprovecharla, ha vuelto a la mesa cosa que me ha comunicado.

Cocó, a oscuras y en silencio, espera lo que pueda pasar.......

No hay comentarios:

Publicar un comentario