jueves, 4 de julio de 2013

Un Café II


Espero impaciente tu llegada, medio escondido esperando verte llegar y poder actuar antes de que empieces tu ritual diario. Esa espera se eterniza al tiempo que todo lo que ocurre a mi alrededor parece detenerse.

Por fin y casi sin darme cuenta llegas. Entras y aprovecho ese instante para acceder yo también al local. Me cruzo contigo justo en el momento que empiezas a desabrigarte, momento que aprovecho para desear, de forma general pero indirectamente solo a ti, un generoso buen día.

Cual fue mi sorpresa cuando vi girar tu rostro, y con una mirada fija en mi, vi dibujada una sonrisa en tu cara totalmente desconocida para mi.No podía ser mayor mi gozo. El premio de esa sonrisa me acompañaría el resto del día atontándome en cada uno de mis actos.

No podía volver a repetir el mismo hecho de retrasarme de manera intencionada. Si bien no me importaba que supieses mi interés por mi, no quería mostrarme como alguien incisivo hacia ti. Los tres días siguientes, si  apenas conseguí de ti leves destellos o creí ver como prestabas cierta atención.

El viernes no había empezado bien. El ir a dormir tarde, no solo pesaba en mi retraso sino también en mi estado de ánimo que estaba lejos de ser el ideal para afrontar un largo último día de semana.

Cuando llegué a la cafetería, tu ya estabas en tu habitual lugar, pero mi rincón había sido ocupado por un extraño. No podía ser de otra manera para un día que empezó con retraso

Solo una mesa libre y justamente la que nunca elegiría. Casi en la entrada., de espaldas a ésta y frente a todo el local y para rematar justo delante de ti, sin poder esconderme, sin poder observarte como a mi me gusta, relaja, emociona y hace que mi día empiece como me gusta.

Tienes esa particularidad de hacer que un gesto tuyo cambie mi percepción del día. Y el gesto de hoy vino acompañado de tus palabras: Llegas con retraso y encima no podrás observarme como te gusta.

¿Como podía ser? ¿Lo sabia?. En mi ceguera por observarla nunca percibí que ella se daba cuenta. ¿como había sido tan descuidado? ¿que podía contestarle? ¿una disculpa? ¿una sonrisa?. No se como pero esta vez mis nervios no me jugaron una mala pasada y en vez de asentir avergonzado, me salió un: Lo se, pero hoy tengo el regalo de tu atención y de tus palabras.

Habia quedado como un rey y me sentía orgulloso de haber podido responder en ve de callar. Esta sensación de tranquilidad duró un solo instante, hasta el justo momento que ella me respondió: Mi atención siempre la tienes, mis palabras es porque no las escuchas.

¿Que quería decirme? ¿Donde me había perdido? ¿Me había hablado alguna vez y no la escuche? ¿Se fijaba en mí como yo en ella y yo exhorto, no me había fijado?. Ahora si estaba desmontado, sin saber que decir y esperando algo que no sabia que era. Y lo que llegaron fueron unas nuevas palabras suyas: Me alagas con tu atención sobre mi y saber que siempre me observas. Por Dios, ahora si estaba descolocado y sin saber que hacer. Toda mi complejo entramado para saber de ti, se había ido al traste y de ser un observador había pasado a ser un observado.

Armandome del valor suficiente para que mi voz no temblase, contesté: Es un placer observarte y ver como realizas de manera tan metódica cada uno de tus movimientos. Casi sin dejarme saborear la amplitud me mi contestación, ella respondió: El que puedan llegar a variar puede depender de ti.

Creí notar como el techo se caía sin remedio sobre mi, intentando aplastarme ante tal respuesta, pero una vez más y sin saber como pronuncié: Me encantará intentar que cambien.

Sabía que, viendo tus respuestas hasta ahora, volvías a responderme, seguramente mis argumentos se hubiesen desmoronados. Pero no fue esa tu reacción. En un agradable silencio, una sonrisa pícara tuya, un inclinar de cabeza y un consentimiento en tus ojos.

Los minutos siguientes fueron tensos, no sabia que hacer o que decir. Era el momento de tu marcha y no quería que te fueses tan solo con un adiós. Mientras formulaba en mi cabeza como despedirme de ti, la tuya me dejó en silencio: Espero que lo intentes y lo consigas. De ti depende. Nos vemos el lunes.......

Otro fin de semana de espera. Pero esta vez iba a ser eterno y lleno de impaciencia....

1 comentario:

  1. Me ha encantado, mantienes el suspense, y el que te lee quiere saber más...

    Deja entrever mucha sensualidad.

    Encantada de leerte.

    Un beso.

    ResponderEliminar